Según un informe del año 2012 de la FAO (Organismo de la ONU que lucha para erradicar el hambre en el mundo), en el mundo se desperdician un tercio de los alimentos producidos cada año, es decir, unas 1.300 toneladas anuales.
Si nos centramos en España, según el último informe del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio ambiente, somos el séptimo país que más desperdicia de Europa con 7,7 toneladas de comida anuales. Solo por detrás de Reino Unido (14,4 millones de toneladas), Alemania (10,3 millones de toneladas), Holanda (9,4 millones de toneladas), Francia (9 millones de toneladas), Polonia (8,9 millones de toneladas) e Italia (8,8 millones de toneladas)
Cada hogar desperdicia 76 kg de alimentos al año
¿Y qué pasa en los hogares? La Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios revela, con datos de 2013, que el desperdicio medio por hogar (con unas 2,7 personas de media) es de 1,3 kg a la semana, es decir, 76 kg al año.
No obstante, y gracias a iniciativas como Más alimento menos desperdicio promovido por el Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente los españoles hemos empezado a concienciarnos y hemos reducido el nivel de desperdicio hasta un 4% en los últimos años.
¿Qué pasa con la producción agrícola o la pesca?
Otras cifras alarmantes son las del derroche de alimentos frescos y no procesados que pertenecen al primer eslabón de la cadena: la pesca y la agricultura. Según la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, el equivalente al 28% de la superficie agraria de nuestro país se tira, aproximadamente unas 1.400 millones de hectáreas cultivadas.
«A veces, los precios son tan injustos para los agricultores, que les compensa más tirar la cosecha que recolectarla», explican desde COAG. Y pone de manifiesto un problema que tiene muchas caras y ninguna buena.
Si pasamos a hablar de la situación que se vive en la pesca, es bien sabido la terrible práctica conocida como descartes pesqueros. Millones de peces no deseados son arrojados al mar diariamente y lo hacen muertos o moribundos. Según la FAO cada año se desecha en el mundo el 8% de las capturas, el equivalente a 7,3 millones de toneladas.
Todas las consecuencias
El desperdicio de comida no sólo es una cuestión moral en un mundo donde hay cerca de 1.000 millones de personas en situación de hambruna extrema. También tiene un coste económico (se calculan pérdidas de hasta un billón de dolares anuales) y sobre todo, un coste medioambiental.
La ONU calcula que el desperdicio de alimentos es responsable del 8% de las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero. Y eso sin tener el cuenta el derroche de agua o tierra que se utilizan para cultivar una comida que finalmente nunca se va a consumir.
¿Qué podemos hacer?
Podemos poner nuestro granito de arena ante el desperdicio de alimentos. Aquí van algunos consejos de pequeños gestos que, al menos a nivel individual, nos ayudarán a reducir el desperdicio de alimentos:
- Planifica tu compra
- Congela correctamente los alimentos
- Haz cocina de aprovechamiento
- Come lo que compres y compra lo que necesites
- Cuando cocines, calcula correctamente las cantidades
- Utiliza nuestra nevera solidaria (pronto de contaremos más)
¿Se te ocurre algún truco más? ¡Compártelo en los comentarios!
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