¿Cuál es el coste real de la fast fashion? Te damos algunas cifras

En el siguiente post hemos decidido describir todas las consecuencias medioambientales y sociales que tiene el consumo de la llamada fast fashion.
La fast fashion es una estrategia empresarial que consiste en introducir distintas colecciones anuales diseñadas y fabricadas de manera rápida y barata con las últimas tendencias de la moda.

La rotación y el cambio constante de la oferta es una de las características más relevantes de este fenómeno de fast fashion ya que consigue que los consumidores, ante la perspectiva de encontrar algo novedoso, acudan a las tiendas dispuestos a gastar dinero con mayor regularidad.
Los precios bajos (tampoco tanto, si lo pensamos bien) y la calidad mediocre son otras de las características.
Para muchos este fenómeno representa una moda “democrática” que permite a cualquiera acceder a ella y seguir las últimas tendencias.
Y nosotros nos preguntamos, ¿democrática para quién? Es una moda desechable. Ropa pasajera y trendy que sólo dura una temporada y luego pasa al olvido abandonada en el fondo de nuestro armario.
Y ahora va el quid de la cuestión ¿Por qué la fast fashion es tan barata? ¿Quién y cómo se hizo la última camiseta de 5 euros que compraste? Vamos a analizar el coste real de la fast fashion.

80 dólares al mes
Si echas un ojo a alguna de tus etiquetas es muy probable que en alguna de ellas te encuentres con Bangladesh.
Si usamos este país del sudeste asiático como ejemplo nos encontramos con que sus cerca de 4 millones de personas dedicadas a la industria de la moda cobran la irrisoria cifra de unos 80 dólares por un mes de trabajo. Por otro lado, la explotación infantil está a la orden del día.

12 horas diarias
Vayámonos a otro país con una fuerte industria textil: India.
En pleno siglo XXI, miles de hombres y mujeres abandonan sus familias y se endeudan para viajar en trenes atestados en los que no pueden sentarse durante horas con el objetivo de ser contratados y ‘esclavizados’ en una fábrica textil.
Más de 12 horas diarias sin apenas descanso, ni vacaciones ni el mínimo derecho laboral.
En este increíble y duro documental, llamado Machines puedes conocer más sobre la situación.

2.750 litros de agua
Esa cantidad enorme es la que se necesita para producir una camiseta de algodón. Esto se refiere tanto al cultivo del algodón como a los procesos posteriores para la confección de esta prenda.

La industria téxtil es además la que más impacto tiene en la huella hídrica, no sólo en su consumo si no también en la contaminación de esta.

Un río

Los ríos y acuíferos cercanos a las fábricas de producción textil de países como India o Bangladesh están totalmente contaminados a causa del vertido de productos químicos que se requieren para la fabricación de ropa. Agua que pasará a afectar a la salud de no sólo las comunidades que se abastecen de él si no también a los cultivos.

Otro dato, el 20% de los tóxicos que se vierten en el agua provienen de la industria textil y sólo para los tintes son necesarios 2.000 millones de toneladas de productos químicos.

Desechos: 1.400

Sólo es una gran ciudad como Hong Kong se desechan 1.400 camisetas por minuto. Sí, por minuto. 3 de cada 4 de estas camisetas acabará en el vertedero o incineradas. El resto acabarán en países africanos destruyendo así la industria textil local.

1.5 toneladas de CO2 por hogar

Esa es la cantidad de CO2 que produce cualquier hogar medio en el primer mundo con el consumo de ropa. En la siguiente infografía podemos ver la evolución del consumo de la moda en las últimas décadas. Increíble, ¿verdad?

Aquí hemos tratado de exponer algunos de las consecuencias que tiene el consumo de fast fashion pero como os podéis imaginar, hay muchos datos más. No obstante, las que hemos visto son suficientes como para ver que nuestra camiseta vale mucho más que esos 5 euros que nosotros pagamos por ella.

Siendo sinceros, la solución es compleja y quizás, pasa por consumir menos y de manera responsable. La segunda mano aporta también un granito de arena.

¡Te esperamos en el próximo il Market para, además de pasarlo bien, apostar por el consumo sostenible! Y por supuesto, si te ha gustado este post, ¡no te olvides de compartirlo!